viernes, marzo 27, 2015

CÓMO USAR 4G LTE Y NO MORIR EN EL INTENTO



Entre la rimbombante publicidad y las expectativas del usuario, suelen existir grandes diferencias. En el caso de aspectos tecnológicos como el tema de la red 4G y todo lo que le rodea, esto se debe fundamentalmente al aún desconocimiento general que existe en torno a sus características, beneficios y, sobre todo, factores a considerar para que su uso no se transforme en una mala experiencia cada fin de mes. O peor: antes que termine el mes.

Por ello y luego de reiteradas consultas que me han llegado sobre el particular, me remito a hablar en esta oportunidad sobre el 4G, de lo humano a lo divino (?).

La red 4G LTE (Long Term Evolution /evolución de norma 3G) es la cuarta generación de internet móvil que llegó a Chile hace ya un par de años. He tenido la oportunidad de utilizar la red 4G LTE desde su lanzamiento en nuestro país y en mi experiencia, he llegado a máximos de 60 megabytes por segundo (Mb/s) de subida y hasta 100 Mb/s de descarga en zonas de alta cobertura 4G (ya hablaremos de la cobertura), lo que en cuanto a experiencia de navegación (velocidad) se acerca bastante a lo que sería el rendimiento de una red Wi-Fi (en buenas condiciones, claro está, lo que en Chile no siempre se da).

Considerando lo positivo que resulta este salto tecnológico, la red 4G implica algunos aspectos que es importante considerar en cuanto a su uso:

1. Cobertura. Hemos hablado anteriormente que la cobertura de la red telefónica y de internet varía de una zona a otra, incluso estando en la misma región o en la misma comuna (en el caso de la R.M.), siendo Santiago Centro una zona complicadísima debido a la gran cantidad de señales radiofónicas. No obstante, es un hecho que Movistar tiene el mejor rendimiento en Santiago Centro y a nivel nacional.

En el caso de la red 4G, los aspectos geográficos son importantísimos para su rendimiento y cobertura; en ello Chile es, para variar, complicado. Actualmente, esta red aún no cubre todos los puntos del país e incluso presenta variaciones o puntos muertos dentro de regiones declaradas "cubiertas". Para qué hablar de zonas como el centro cívico de Valparaíso o Santiago, por las dificultades radiofónicas que ya comentamos.

Por ello, no se extrañe si en sus salidas a terreno pierde el símbolo "4G" en la barra superior de la pantalla de sus smartphones, pues el dispositivo detecta automáticamente la mejor red y cuando no está disponible el 4G, pasa inmediatamente a conectarse por 3.5G (símbolo "H+"), 3G o 2G (GPRS/Edge), lo que cabe destacar que implica la consecuente disminución en la velocidad de navegación y tasas de subida/descarga. Una vez que usted se mueva hacia una zona de cobertura 4G, el teléfono volverá a mostrar el símbolo y presentar, en consecuencia, el mejor rendimiento de navegación en internet.

2. Consumo de internet. Un problema común de los nuevos usuarios de 4G es que consumen su cuota de navegación mensual en los primeros días del mes. Esto ocurre porque, por defecto, los smartphones de gama media y alta adaptan su rendimiento multimedia y tasas de subida/descarga de archivos a la red móvil disponible.

La red 4G es de alta velocidad y, por ello, aplicaciones como YouTube, de audio, archivos segmentados por calidad (imágenes, sitios web no responsivos, etc.) y la opción de "compartir internet" con otros equipos, implican tráfico de archivos en alta calidad, que son considerablemente más "pesados" que los archivos adaptados para redes 2G/3G y por ello, en general, consumen más rápidamente la cuota de internet mensual.

Para revisión habitual de correo electrónico y uso de redes sociales esto no reviste ninguna complicación, pero cabe considerar este aspecto para otro tipo de aplicaciones o usos como los anteriormente mencionados. Esto se puede controlar configurando el uso de red de cada smartphone, en el apartado “Redes móviles” o similar, dentro del menú de Configuración del equipo (sea Android, iPhone, Windows Phone u otros).

3. Consumo de batería. El uso de la red 4G implica un mayor flujo de datos para el dispositivo móvil y por ello, un mayor gasto de energía en la navegación de internet. En el caso de equipos de gama alta esto no se nota mayormente, pues en general estos equipos tienen baterías de alto amperaje. No obstante, con el fin de ahorrar energía, le sugiero en lo posible conectarse a la red Wi-Fi en la oficina y donde se encuentre, en caso de estar disponible.


Párrafo aparte para derribar el mito de que el Wi-Fi consume más batería; al contrario, su rendimiento es considerablemente mayor que las redes 3G y con mayor razón 4G. Si no quiere usar redes Wi-Fi por un tema de privacidad está bien, pero si es por batería, no se preocupe.

martes, diciembre 02, 2014

IPHONE 6, VANGUARDIA QUE NO SE DOBLA



Luego que Samsung y otras empresas hace rato lanzaran sus actuales caballos de batalla, como el Galaxy S5 o el LG G3, Apple oficializó mundialmente su nuevo iPhone 6, que hace un par de semanas se encuentra disponible en Chile. ¿Ameritaba acampar para tenerlo en las manos a las 9:00 am del día de su estreno? Juzgue usted. Lo cierto es que fuera de esas clásicas escenas, la llegada del gadget en cuestión no ameritó el revuelo que vimos con la cuarta y quinta generación.
¿Llegó atrasado el nuevo smartphone de Cupertino? Ya lo creo. Pero también ocurre que, actualmente, en el mercado es posible encontrar dispositivos tanto o más vanguardistas que el smartphone de la manzana. Es cosa de gustos y usabilidad.
De antemano, advierto que si usted piensa que hablaré de que el iPhone 6 se dobla o no, lo conmino a imaginarse sometiendo a tales niveles de estrés a su actual dispositivo móvil, al punto que le parezca descuidado o exagerado presionarlo, guardarlo o utilizarlo de esa forma. Dicho esto, continuemos.
Parto destacando un hecho no menor: con el iPhone 6 y 6 Plus, Apple ha dejado atrás una de las reglas de la arquitectura de sus smartphones: la capacidad de manipularlos con una sola mano, utilizando la pantalla de esquina a esquina con un solo dedo. Desde esta sexta generación, la empresa finalmente asume que el mercado actual está dominado por las pantallas de mayor tamaño, donde 4,7 pulgadas (iPhone 6) es la medida higiénica y 5.5 pulgadas (6 Plus) pasó de ser “enorme” a “un teléfono más grande” (insight que en parte explica la caída en las ventas de tablets de 7 y 8 pulgadas y la mayor internación de las phablets de hasta 6 pulgadas, pero eso es tema para otra columna).
Al tomar el dispositivo, evidentemente más delgado y ancho que el iPhone 5/5S, es un hecho que no se siente tan sólido o compacto como sus antecesores, lo que no significa que no sea resistente. La nueva disposición y estructura de botones y otras características responden al nuevo tamaño del gadget, siempre pensando en la usabilidad. Respecto a la función del Touch ID, mantiene las mismas características del iPhone 5S.
En pantalla no se registran mejoras considerables; Retina con una resolución HD, pero con una profundidad de 320 ppi, lo que al ojo no la distancia mayormente de otros dispositivos del mercado con resoluciones Full HD. Se agradece eso sí la mejora en cuanto a brillo, contraste y ángulo de visión. Hay que destacar que en el iPhone 6 la pantalla se acopla mucho mejor a la arquitectura del dispositivo, lo que suma en elegancia. Lo mismo ocurre en el 6 Plus que, debido a su tamaño, al ponerlo de forma horizontal adopta una interfaz visual similar a la del iPad, que resulta cómoda, aunque varias aplicaciones evidencian que aún no se adaptan perfectamente a las nuevas dimensiones de pantalla.
Si le digo que la cámara principal mantiene los mismos 8 megapíxeles de las dos generaciones anteriores, seguramente le generaré una mueca; sin embargo, el iPhone 6/6 Plus trae algunas mejoras. Su enfoque es bastante más avanzado y rápido que los modelos anteriores (usted notará que el lente de la cámara supera el grosor del smartphone; a pesar de que es resistente, tenga cuidado con el roce al guardarlo y sacarlo del bolsillo o cartera). Incluye además función de cámara lenta a 240 fps y control timelapse, para los más avezados o exquisitos con el video. Entre el iPhone 6 y el 6 Plus hay una sola diferencia en cuanto a la cámara: mientras el 6 tiene un estabilizador de imagen digital, el 6 Plus incluye uno óptico; no obstante, ambos funcionan muy bien y responden más que nada a las dimensiones y atributos de cada equipo.
Si usted estaba preocupado por la lluvia de críticas al sistema operativo iOS 8.x respecto a su fluidez y rendimiento, conserve la calma; con el nuevo procesador A8 y su arquitectura de 64 bits, el iPhone 6/6 Plus no le dará problema alguno. El sistema realmente corre muy bien y las aplicaciones fluyen. En cuanto a apps nativas, destaca HealthKit con sus utilidades de monitoreo de salud y funciones de registro y control de alimentación, entre otras bondades, así como el HomeKit, que permite conectarse con otros dispositivos Apple.
Si bien la empresa no se refirió mayormente a la batería en su lanzamiento, la duración de esta es un poco mayor que la de la quinta generación, por lo que si usted tiene un iPhone 4/4S y pretende migrar al 6, en ese sentido la mejora será más que notable.
Por último, otra novedad del smartphone de Cupertino es la inclusión de la tecnología NFC, que permite realizar pagos, recargas, etc., a través del dispositivo y mediante software como Apple Pay, que actualmente se encuentra disponible solo en Estados Unidos. No me aventuraría a proyectar su utilización en otros países y menos en Sudamérica.
En definitiva, si usted tiene un iPhone 4/4S o 5 y pretende dar un salto adelante en Apple, le recomiendo de todas maneras el iPhone 6, que además de notables mejoras, le ofrecerá una experiencia distinta y acorde a las tendencias actuales en smartphones. Si usted posee un iPhone 5S, aparte de las dimensiones, las novedades no son sustantivas, por lo que le sugiero probar el nuevo dispositivo antes de decidirse por adquirirlo; quizás prefiera esperar al futuro modelo, como varios lo hicieron al saltarse el modelo 5.
Aunque considero que el iPhone se ha vuelto un gadget reactivo, algo nostálgico de las notables virtudes propositivas de su tercera y cuarta generación en relación al resto de dispositivos del mercado, la verdad es que el producto estrella de Apple es y seguirá siendo un excelente smartphone, con una intuitividad, fluidez y solidez que solo algunos dispositivos Android pueden superar.

miércoles, octubre 01, 2014

POR UNA SELFIE DE CALIDAD


Qué duda cabe: el smartphone es en la actualidad el dispositivo por el que nos comunicamos en todos los sentidos que esa palabra implica y admite en el contexto digital. La evolución del Mobile Marketing y las tendencias apuntan a que los contenidos más efectivos y consumidos son los gráficos y audiovisuales, donde la fotografía tiene un lugar de excelencia, reflejado en la inmensa cantidad de imágenes que los usuarios de redes sociales (RR.SS.) como Facebook e Instagram alojan en sus respectivos canales, así como en otros que incluso no fueron pensados específicamente para ello, como es el caso de Google+ que, de hecho, limitará el almacenamiento de fotografías, pues la empresa se dio cuenta de que los usuarios encontraron en esta plataforma un buen lugar para subir sus imágenes de forma gratuita, prácticamente ilimitada y en alta calidad, a diferencia de las RR.SS., que reducen considerablemente la resolución de las fotos.

Ya hemos comentado que el desarrollo y evolución de los dispositivos móviles tiene estricta relación con el comportamiento de los consumidores, que en la actualidad utilizan estas herramientas fundamentalmente para la comunicación a través de RR.SS., el e-mailing y el manejo práctico de documentos (donde iCloud y Drive pusieron el ojo y con la integración de Quickoffice y otras aplicaciones para edición online y compartida ciertamente han puesto la bala, pero ese es tema para otra columna).

Dentro de la comunicación de los usuarios, especialmente en redes sociales, donde ya advertimos que la fotografía tiene un rol fundamental, ha surgido un fenómeno global: las selfie. Y quién no se ha hecho una. O al menos desconocía que así se les “llama” actualmente. El tema es que, para obtener una selfie, es necesario utilizar un elemento clave de los dispositivos móviles (especialmente smartphones): la cámara frontal o delantera. Cámara que nació principalmente de la mano de una prestación que ofrecían los teléfonos inteligentes y el internet móvil de mayor velocidad: videollamadas. Para este tipo de comunicación portátil, la estabilidad de la conexión primaba sobre la calidad de la imagen. Por ello, las cámaras frontales se limitan a resoluciones VGA o máximo 3 megapíxeles y escaso desarrollo de atributos como la estabilización de imagen, manejo de la luminosidad, etc. Mientras, la cámara trasera constantemente fue mejorando en todos los sentidos, permitiendo contar en la actualidad con dispositivos que permiten hacer fotografías sorprendentes, como el HTC One M8, el Nokia Lumia 1020 y el LG G3, entre otros.

Pero, en general, el desarrollo de la cámara frontal claramente no ha estado acorde a las nuevas necesidades de los usuarios. Para una selfie de calidad, es necesario contar con un teléfono al menos de gama media, que dentro de sus atributos el fabricante haya prestado también algo de atención a su cámara delantera. Y esto no por un tema de vanidad ni exquisitez del usuario (al menos no exclusivamente), sino por un factor técnico: las RR.SS., al igual que WhatsApp, comprimen las imágenes, reduciendo considerablemente su resolución y calidad, lo que además las limita para otros usos personales.

Surgida la necesidad, de inmediato comienza la exigencia. Los fabricantes de smartphones ya acusaron el golpe de este fenómeno global (claro, es su negocio) y han comenzado a poner más atención a la cámara frontal, que en modelos recientes ha sido nutrida con mayores capacidades y atributos técnicos. Los más comentados son el LG G3, que incorpora un sensor de imagen notoriamente mejor que la media, estabilizador, flash y activación por gestos. También está el Sony Xperia C3, que ofrece una cámara delantera de 5 megapixeles con modo automático, función HDR y flash, entre otras buenas prestaciones.

Pero como la distorsión cuantitativa es un fenómeno que afecta en todos los planos de la vida, hay que saber que en tecnología móvil un número o cifra más grande no necesariamente significa que el dispositivo sea mejor. Y en fotografía, no todo es megapíxeles. Por ello, si las selfie son lo suyo y está interesado en invertir en un buen smartphone, le recomiendo que vaya a los puntos de venta y pruebe los teléfonos publicitados especialmente para ese fin,  tan relativo a la experiencia de usuario.

Y como siempre, termino con una recomendación de smartphones disponibles en Chile, en este caso para obtener una selfie de calidad:

- LG G3
- Sony Xperia C3 (Selfie Pro)
- HTC One M8
- Samsung Galaxy Note 3
- iPhone 5S

sábado, agosto 30, 2014

Y AHORA, ¿QUÉ WINDOWS PODRÁ DEFENDERME?



Mientras mi carnet vuela lejos, recuerdo con nostalgia el Windows 3.11, uno de los mejores sistemas operativos que ha lanzado Microsoft junto con el posterior Windows 95. Solo por mencionarlos, les siguieron también las versiones 98, Millennium Edition (una experiencia que he optado por olvidar), 2000 (Server) y NT. Pero si de entornos operativos se trata, Windows XP es el que se lleva todos los premios; un software que por siete años nos acompañó en el colegio, universidad e inicios de nuestra vida profesional. Pedazo de SO.

Dentro de las versiones modernas de Windows, un episodio que queremos olvidar es el Vista, que pretendió rescatar lo mejor de XP, pero agregando una serie de mejoras y funcionalidades que nadie pidió. Los reclamos y críticas al SO en foros de internet no se hicieron esperar, hasta que Microsoft nos entregó otro buen software: Windows 7, que resolvió varias dificultades del Vista y para los amantes del XP brindó mayor comodidad, junto con un excelente rendimiento. No obstante, XP seguía siendo uno de los SO más utilizados a nivel global.

Y bueno, luego de esta introducción con olor a naftalina informática, miremos la actualidad. En 2012, Microsoft lanzó Windows 8, un SO con notorias mejoras gráficas en relación a la versión 7, full compatibilidad con los más modernos componentes de PC y un marcado enfoque hacia el mundo touch, lo que se evidencia claramente con su famosa pantalla con cards (Modern UI), considerada innecesaria por los usuarios de PC tradicionales. Otra crítica inmediata fue la ausencia del botón Inicio en la barra de tareas, lo que, junto con los clásicos detalles funcionales, problemas de vulnerabilidad y otros bugs, Microsoft quiso solucionar lanzando la versión 8.1, que los usuarios de Windows 8 obtuvieron por medio de actualizaciones gratuitas.

¿El problema? Miles de usuarios alrededor del mundo reclamaron que, tras actualizar a 8.1, sus PC y laptops sufrían reinicios y apagados repentinos, junto con otras dificultades nuevas. Luego de unos meses, Microsoft reconoció que su última versión del SO presentaba fallos evidentes y por ello, recomendó desinstalar las últimas actualizaciones. Sí, tal cual. Nada de Service Packs como en Windows XP y 7. Quitar la actualización de frentón.

Si usted tiene Windows 8.1 y aún no lo ha hecho, le cuento que para desinstalar las actualizaciones en cuestión debe ir a Inicio y hacer clic en "Programas y características", seleccionar "Actualizaciones instaladas” y ubicar los últimos parches de Windows 8.1, que corresponden a los paquetes KB2982791, KB2970228, KB2975719 y KB2975331.

Ante este problema de consideración, Microsoft anunció que apurará el lanzamiento de su nuevo Windows 9. Por el momento, lo que se especula de este futuro SO es que seguirá el grafismo de la versión 8, acusará el golpe de la falta del botón de Inicio, integrará un asistente virtual por voz, podrían instalarse atualizaciones sin reiniciar el equipo y privilegiaría la interfaz de escritorio, prescindiendo de la pantalla de cards.

Pero todo este lío, los amantes de Windows XP se lo toman con dos de azúcar. Son muchos los que aún utilizan este SO, algo que Microsoft también ha debido abordar a nivel global. El asunto es que en abril de este año, la empresa dejó de dar soporte a este sistema y luego anunció que el próximo año dejará de prestar el servicio para Windows 7.

Siempre me preguntan si es mejor instalar Windows XP para evitar los problemas de las últimas versiones y ya que es uno de los mejores sistemas operativos. El problema es que XP prácticamente ya no soporta los últimos procesadores, chipsets y hardware de gama alta que ha salido al mercado; si bien el sistema funciona, no le saca el máximo provecho a las capacidades del computador e incluso a veces resulta perjudicial para el rendimiento del hardware. Es por ello que sugiero, para equipos más recientes, usar Windows 7 Professional, que es a mi juicio el mejor sistema operativo después de XP.


En definitiva, queda esperar a ver como será la experiencia con el nuevo Windows 9, cuya versión de prueba, según afirma el portal de El Grupo Informático, sería lanzada a fines de septiembre, mientras que el software definitivo será oficializado en 2015.

miércoles, julio 23, 2014

NO ERES TU, ES MI TABLET


¿Cuántas veces ha visto en su smartphone alguna imagen, sitio web o producto que le guste y ha tomado su tablet para "verlo mejor"? Le aseguro que varias veces. Y cada vez más seguido.


No se trata de que su amado iPhone o Galaxy no sea capaz de entregarle de forma fidedigna la experiencia visual de lo que a usted le interesa y por eso, lo invito a no sentirse un infiel o hereje smartphoniano; la tablet ha dejado de ser aquel dispositivo con menor rendimiento que su teléfono móvil y donde la gracia es que las cosas se vean más grandes y punto. En los últimos años, se ha alzado como uno de los dispositivos móviles más importantes, que ha marcado y seguirá marcando la pauta futura en el área.


En publicaciones anteriores ya hemos hablado de que el desarrollo tecnológico en el mundo mobile tiene directa relación con la capacidad de feedback con el usuario-cliente de los dispositivos y la evolución del comportamiento del mismo, en un proceso interrelacionado. Y esto no es ajeno al mundo de las tablet.


Actualmente es posible encontrar en el mercado, por el mismo precio de hace años o incluso menos, una gran variedad de tablet con hardware de buen rendimiento, mayor capacidad RAM y memoria interna, procesadores más allá del dual core y, además, un notable desarrollo de tecnología de pantallas, con buena resolución, contraste y profundidad de color, como el Retina Display de los nuevos iPad, lo que beneficia tanto a los juegos como la experiencia de lectura y navegación. Es más: hace un buen tiempo, empresas como Intel están desarrollando procesadores potentes especialmente para estos dispositivos e incluso procesadores gráficos independientes, como es el caso del Mali-T604 de la Nexus 10 de Google.


Así, las tablet de pantalla mediocre, escasa RAM y poca duración de batería, que luego del entusiasmo de la compra a los pocos meses eran confinadas solo a jugar al solitario, han quedado en el pasado.


¿A qué se debe este salto superlativo en las prestaciones de las tablet? En buena medida, a factores como la experiencia del usuario-cliente en los sitios web de retail y comercio. Superado el importantísimo y obligatorio factor de la "compra segura" en internet, el desarrollo de sitios web responsives (auto adaptables al dispositivo donde se visualizan) y aplicaciones dedicadas específicamente a las tablet han mejorado sustancialmente la experiencia de visita ("vitrineo" digital) y compra desde estos dispositivos móviles. Eso, sumado a la capacidad de agrupación selectiva, contextos de interés y seguimiento del comportamiento del visitante que permiten las tecnologías web, agregando además la evolución tecnológica de las tablet, las ventajas de un display multitáctil y la perspectiva de visualización cercana a la escala real (dependiendo del tamaño de la tablet), transforman a este dispositivo en una potente herramienta tanto para el usuario como para quienes proyectan sus intereses a través del mundo mobile.


Usted ya se habrá dado cuenta de que varias empresas, como Lenovo, HP y Microsoft, han lanzado en los últimos años computadores AIO (All-In-One, "todo en uno") con pantallas táctiles y dimensiones mínimas. "Parecen tablet con teclado", dirá usted. Exacto. Y es que la evolución de esta tecnología ha respondido a un todopoderoso factor: EXPERIENCIA. Algo que en otros países del mundo hace años ya tienen clarísimo y por ello, lideran los desarrollos de aplicaciones de realidad aumentada, "vitrineos" virtuales y otros elementos vinculados a las virtudes que ostenta una tablet, un aparato de buen tamaño, a dos manos y absolutamente portable.


Por cierto y la verdad sea dicha, hay algunas empresas de compra online y de retail en Chile que ya se están subiendo a este carro de la victoria digital, desarrollando aplicaciones que permiten probar como se vería en su comedor el sofá que a usted le gusta aprovechando la cámara trasera de su tablet, por ejemplo. Como todo en la vida, lo bueno se imita.


Un reciente informe de la plataforma RIS (Retail Information Systems) indica que en 2013 el interés de compra y la adquisición misma de tablet a nivel mundial se duplicó respecto a 2012, proyectando que a fines de este año, una de cada ocho personas en el planeta poseerá uno de estos dispositivos.


Hay personas entre nosotros para las que esta experiencia es más que conocida. Excéntricos tecnológicos e infieles smartphonianos que no solo portan felices sus tablet en flamantes estuches de cuero, sino que además las equipan con teclados físicos y otros accesorios, buscando una experiencia distinta. Para ellos, lo analógico y lo digital no son una dicotomía, sino una cuestión personal.


Y es que la gracia de la tecnología mobile no radica en la vanguardia, sino en la EXPERIENCIA. Recuérdelo la próxima vez que tenga una tablet en sus manos.


¿POR QUE MI SMARTPHONE YA NO TRAE RADIO FM?


Quad Core, Gorilla Glass, Super aMOLED, TouchWiz, Qualcomm Snapdragon, Geo-Tagging, HDR, 4G LTE. Son diversas las novedades tecnológicas que constantemente presenta la industria de los smartphones en cada lanzamiento de su flamante último modelo de teléfono móvil. Un escenario donde es inevitable quedarse desfasado tecnológicamente sólo a un par de meses, luego de que logramos juntar los últimos pesos para comprarnos un equipo mejor que el que teníamos (o que rompimos).


Pero en medio de esta nebulosa de terminologías y nomenclaturas smartphonianas, al ciudadano a pie le ha surgido una constante y elemental duda, casi existencial: ¿Por qué mi smartphone ya no trae radio FM?


La radio, el medio que en cada situación de emergencia o contingencia social nos recuerda que está ahí para informarnos lo que está pasando prácticamente en tiempo real, de forma gratuita y con un mínimo consumo de energía en nuestros dispositivos. Hasta hace unos años, la radio FM era un elemento casi por defecto en los teléfonos móviles, pero con el constante avance tecnológico ha quedado rezagado hasta prácticamente ser confinado a lo prescindible. ¿Costará mucho incluir un receptor de radio FM en los smartphones actuales? Ciertamente no. El tema no pasa por eso.


La respuesta más común de la industria de los smartphones a la consulta de los consumidores respecto a la razón por la que los teléfonos móviles –especialmente de gama alta, más modernos- no traen receptor de radio FM, alude a estudios de consumo donde, afirman, existe una tendencia (interés, preferencia) hacia la radiodifusión digital, esto es, por medio de emisoras online, podcast y canales YouTube, entre otros. En ese sentido, señalan los fabricantes, sus smartphones, en especial los último modelo, apuntan justamente a ese consumidor de contenidos digitales, donde la radiofonía también es metida en tamaño saco. Dicho esto, olvídese de contar con radio FM en el Samsung Galaxy S4/ S5 y en el LG G3, algunos de los actuales caballos de batalla del mundo mobile. Para qué hablar de iPhone; sea el modelo que sea, la respuesta es no.


Si bien esos estudios de consumo son efectivos y pueden reflejar un cambio de tendencia, estos no son en absoluto generalizables a todo tipo de mercado y consumidor. Junto a ello, esta ciertamente no es la única respuesta al fenómeno.


Dicho esto, razonemos juntos: Entonces, ¿por qué mi smartphone ya no trae radio FM, si se afirma que incorporar receptores en los dispositivos no reviste dificultad alguna? Porque esa lógica no aplica en equipos donde la radio FM no constituye feedback. Convengamos en que gran parte del negocio actual de los dispositivos móviles (smartphones y tablets), más allá de la venta de los equipos, radica en la posventa: el consumo de aplicaciones (apps), lo que justifica en buena parte el constante desarrollo tecnológico en el mundo mobile. Así, las apps han acaparado también el campo de la radiofonía (especialmente en el mercado europeo y estadounidense), a través de atractivas aplicaciones, interacción personal y tecnológica y beneficios adicionales.


Pero aunque la contienda tecnológica es desigual, aún hay esperanzas para el ciudadano a pie. La industria de los smartphones sigue respetando al consumidor de equipos con radio FM donde este elemento raya en lo excéntrico (como ocurre con el potente HTC One M8, el Sony Xperia Z2 y el imponente Nokia 1520, entre otros), también a quienes buscan un móvil con modestas funcionalidades y donde el mundo analógico aún tiene cabida, e incluso al usuario de aquel teléfono que es sólo “para llamar y recibir mensajes”. Actualmente existen buenos smartphones de gama media (prestaciones decentes sostenidas por un hardware decente) con radio FM incorporada, donde, obviamente, la utilidad específica prima sobre el marketing mobile, entonces condicionado por el consumidor objetivo.


Y como la idea es siempre entregar al lector algo más que la anécdota tecnológica, a continuación una breve lista de smartphones de precio moderado, buen rendimiento y, lo más relevante, que incluyen receptor de radio FM:


Samsung Galaxy S3 (modelo GT-I9300)


Motorola Moto G


Sony Xperia L


Nokia Lumia 720


LG Optimus L9


ANDROID 4.4 KIT KAT: UNA EXPERIENCIA NO TAN DULCE


(Escrito el 28 de abril de 2014)


Cuando fue lanzado para su distribución, la versión 4.4 Kit Kat de Android, el sistema operativo (SO) de Google para dispositivos móviles, prometió bajo el nombre del popular chocolate entregar una interfaz renovada y mejorada a sus fieles usuarios, que ya habían vivido una mejor experiencia gracias a la versión 4.3 Jelly Bean, una de las más estables y de mayor rendimiento en relación al hardware (componentes físicos) de los dispositivos soportados.


Como nada es perfecto y en estos temas mucho menos, la renovación del sistema partió asumiendo un factor no menor: no todos los smartphones y tablets podrían recibir la actualización del SO, fundamentalmente por incompatibilidades de hardware, en especial debido a que las mejoras del 4.4 Kit Kat dependen en buena medida de la adaptación de componentes cruciales como el procesador, fabricado por una infinidad de empresas de las que sólo algunas trabajan con Google para implementar mejoras en la relación hardware-SO de estos equipos; y, factor no menor, el nivel de fragmentación del sistema Android, con usuarios que aún utilizan versiones anteriores hasta en cinco generaciones respecto a la última entrega, lo que dificulta su distribución y adaptación a nivel global.


Con todo, al menos los modelos de smartphone y tablet más recientes del mercado han podido recibir la actualización del SO de Google; proceso que aún no finaliza, pues esto también depende de la liberación de la actualización por parte de las compañías telefónicas.


A sólo días de haber instalado el nuevo SO en sus equipos, miles de usuarios alrededor del mundo constataron las mejoras (principalmente visuales) de Android 4.4, pero también algunos inconvenientes de la interfaz e incluso del funcionamiento de sus dispositivos móviles; la más gravitante tiene relación con la aplicación nativa de la cámara fotográfica en segundo plano, que en algunos modelos de smartphone reduce considerablemente la duración de la carga de batería.

Entre otros problemas detectados, figura el que ocurre al actualizar el SO en algunos equipos como los Motorola Moto X y Moto G, donde es necesario desvincular y volver a agregar las cuentas de Google para evitar que los contactos (ahora "Personas") se transformen en un enredo; la aplicación nativa de registro de llamadas ha sido criticada por cierta pérdida de su funcionalidad intuitiva; algunas aplicaciones nativas y externas llevan a confusión entre la utilización del botón Home (inicio) y el Back (atrás); si bien se optimizó la velocidad de WhatsApp, que arranca y responde de mejor forma, otras aplicaciones igualmente importantes han mantenido o incluso reducido su eficiencia; existen incoherencias gráficas en los menús contextuales e iconos del sistema, que cambian entre la interfaz nativa y las aplicaciones; al parecer, al igual que otros desarrolladores, Google ha optado por la utilización de cards (tarjetas) para la presentación de información útil en Google Now y otras aplicaciones, pero en el caso de las listas de contactos la transición del sistema de listado al de cards no está bien resuelta; problemas para reproducir algunos videos HD (alta definición) en YouTube (se ven entrecortados o con menor fluidez) e incluso imposibilidad de reproducir videos a 30 fps (cuadros por segundo) en algunas tablets; etcétera.


Ante esto, sería absurdo pensar que Google no esté consciente de estas dificultades en su SO, que se presentan de distintas formas en los smartphones y tablets existentes en el mercado y, sobre todo, que no esté trabajando en solucionarlos. De hecho, Android 4.4.2 Kit Kat tendrá en las próximas semanas una nueva actualización: 4.4.3, la que ya habría sido testeada en dispositivos Nexus (caballo de batalla de Google en el mundo mobile) y que será lanzada en un breve plazo a lo largo del mundo; eso sí, esta actualización abarcaría en primer lugar los equipos de la familia Nexus, algunos modelos Samsung como el Galaxy S4 y el Note 3 y el HTC One, aunque se espera que a la brevedad incluya otros modelos vigentes en el mercado. Por otro lado, si bien esta actualización dará solución a problemas más urgentes como el del uso excesivo de energía de la aplicación de cámara fotográfica, el SO no presentará respuesta a otros detalles medianos y menores detectados. Además, si bien el desarrollador liberará la versión 4.4.3 en las próximas semanas, esta actualización será aplicada por zonas y luego de la revisión y adaptación de las compañías telefónicas en cada país, las que, a su vez, distribuyen el software a través de la red de forma segmentada.


Obviamente, usuarios más experimentados en cuanto a dispositivos móviles ya han optado por el recurso del downgrade (volver al SO anterior al que presenta problemas o al de fábrica) para mantener su smartphone o tablet principalmente con Android Jelly Bean, recurso manual ajeno a los procesos de garantía y respaldo de los equipos y que reviste riesgos si no se tiene real conocimiento de SO y del funcionamiento de los dispositivos móviles.

Entonces, ¿qué puede hacer el usuario común de smartphones y tablets con Android 4.4.2 Kit Kat? Esperar la actualización a 4.4.3, asumiendo que el proceso no será rápido y que sólo se solucionarán problemas gravitantes como el de la duración de la batería. Si su equipo ha sido comprado o renovado recientemente y no se encuentra satisfecho, tenga presente que en buena medida su incomodidad puede ser producto de los detalles del SO mencionados y no por el modelo de smartphone o tablet en sí, aunque cabe considerar que Android presenta variaciones de interfaz y funcionalidad entre una marca y otra e incluso entre modelos de la misma marca.


Mientras, Google se mantiene firme en el desarrollo de lo que sería el futuro SO Android 5.0 Lime Pie o Lemon Meringue Pie, que entre sus novedades incluiría una importante mejora en las funciones fotográficas (considerando opciones nativas como el enfoque selectivo), mayor integración de redes sociales y mejoras considerables en el rendimiento de los dispositivos móviles, las que conoceremos en el próximo Google I/O 2014, evento anual del gigante informático que se desarrollará en junio y que promete grandes novedades tecnológicas e informáticas para el mundo mobile.

sábado, septiembre 08, 2007

ÉTICA Y PERIODISMO



Una discusión clásica en el periodismo se origina en la disyuntiva que, a la larga, se transformó en la decisión clave de los medios actuales: ¿información o entretención? La intromisión en los medios del rimbombante “periodismo de farándula”, aquel abominable ser mediático de varias cabezas –al que parecen crecerle muchas más si cortamos una de ellas- es uno de los elementos determinantes a la hora de discurrir acerca de los aspectos éticos en el periodismo. En ese sentido, desde los antecedentes de la “prensa amarilla” y sus derivados hasta el actual periodismo de farándula, vienen a ser las invasiones bárbaras frente a un imperio periodístico que, en sus principios, se sustentaba en la acción de informar, educar, entretener y, por sobre todas las cosas, denunciar. Derrumbado el imperio, se dio paso a la vulgarización del periodismo, una práctica mediática en busca del más alto rating, el mejor tiraje o, en definitiva, ingreso monetario.

Como apreciamos, los fines del periodismo parecen ser aquellos lejanos ideales de una práctica limpia, profesional y socialmente consciente, que precisamente atiende a las ideas que, en abstracto, tienen las personas acerca del periodismo (en ese sentido, podríamos hablar de un conocimiento del periodismo: una “cultura periodística interna” en el caso de los periodistas, y una “cultura periodística externa” para el resto de los pensantes), en la que se llega a aquellos conceptos –los fines- en un proceso que atiende tanto a la razón como a los valores personales –concepción propia- y sociales (tal es el periodismo como instrumento social). Si bien en este simple y amplio proceso nos acercamos sólo superficialmente a la “ética periodística” como materia, sí podemos llegar a determinar qué es “lo ético” en el periodismo. Lo ético en el periodismo sin duda está relacionado con los fines que concebimos de él y con los valores personales y sociales entrelazados en esta disciplina, así como las prácticas socialmente aceptadas (correctas).

Quizás en la actualidad el periodismo, en cuanto a lo ético, pasa por un proceso mediático de tres pasos: como primeridad, un periodismo que en la práctica se apegue a lo que el periodista o reportero considere correcto o incorrecto en base al objetivo personal (subjetivo) y material (objetivo) de su trabajo; como secundidad, la valoración social del producto periodístico a presentar (el entendimiento y aceptación de las audiencias); y como terceridad, etapa que posiblemente detone el problema, el retorno de la inversión periodística con un producto que, en la práctica, mantenga el nivel de audiencias, asegure el liderazgo en la competitividad mediática y, casi al paso, cumpla con el objetivo (en bruto y fuera de análisis) de un producto periodístico: informar, un factor que actualmente se ha tornado en un fenómeno híbrido, que deambula entre la mera entretención y la desinformación.




sábado, septiembre 09, 2006

Minuciando en la rutina diurna


Al subir al bus, el escándalo causado por el llanto de un niño con calor a medio pasillo obligó a un pasajero a cerrar la ventana enfrente del asiento del chico con su mamá. El conductor observó sin cuidado la escena por uno de sus espejos retrovisores. Se limitó a recibir mi pago del pasaje y cortar el boleto escolar sin mucha atención. Luego de tan cotidiano contrato, eché una mirada rápida por todo el interior del bus. No encontré a nadie conocido, ni algún asiento cercano disponible, por lo que inmediatamente me dirigí al final del pasillo a sentarme. Luego de ubicarme, volví a mirar todo el interior del bus, ahora desde otro ángulo. Los demás pasajeros intercambiaron conmigo miradas recelosas. Durante unos dos minutos participé en diálogos sordos a los que fui arrastrado de manera negligente y de los que me escabullí con cierta dificultad. Una vez terminada la intrascendente escena, observé la estructura del bus. Evidentemente, se trataba de un modelo nuevo, de uno o dos años máximo de antigüedad, lo cual se notaba tanto en la visual como en la comodidad y rapidez de la máquina. No se divisaban calcomanías o adhesivos en ningún lado, por lo que deduje que el conductor era muy conservador, o simplemente el bus no era suyo. Pero los asientos eran un cuento diferente, gracias a las manifestaciones gráficas de algunos pasajeros (generalmente escolares). Me dediqué bastante a la observación de los dibujos. Casi todos eran formas vagas pugnando por alguna denominación. Lamentablemente no manejo el significado de los símbolos del hip-hop, por lo que la tarea de identificación fue bastante difícil, en algunos casos imposible. Sólo logré identificar declaraciones de amor e improperios varios dedicados a quien se llame Ernesto y Pamela. Al parecer resultaba más interesante explicitarlos en un asiento de un micro que decirlos personalmente…

El bus cesó la marcha en casi todos los semáforos de la calle. Unas cinco cuadras adelante se detuvo a tomar pasajeros (en un paradero no autorizado por cierto). Subieron dos niños y una señora (al parecer la mamá), quien los empujaba y mandaba a sentarse inmediatamente antes de que el bus entrara en movimiento. La máquina comenzaba a emprender la marcha cuando de pronto frenó bruscamente, y luego subió una joven. Vestía una chaqueta azul que me parecía conocida. Luego de pagar su pasaje se volteó hacia el pasillo, y logré identificarla: era una amiga. Ella tardó unos segundos más que yo en identificarme (quizás producto de la lejanía de mi asiento o del tiempo que llevábamos sin vernos). Nos saludamos. Por suerte al lado mío había un asiento desocupado. Ella se acercó con cierta dificultad (el bus comenzó a moverse bruscamente producto de la deficiente mantención municipal de la calle), y se sentó al lado mío. Entablamos una conversación ligera, destinada más que nada a temas de familia y estudios. Mientras la escuchaba hablar sobre su carrera aproveché de echar una mirada hacia la calle por las ventanas del bus. Íbamos ya en Libertad con 12 Norte. Poco tráfico vehicular (diría que se limitaba completamente al transporte de personas a sus trabajos o a sus colegios), pero mucha gente en los paraderos. Afortunadamente, en un sólo paradero de la avenida esperaban el bus en que nos trasladábamos, porque de no ser así mi puntualidad correría peligro. El bus volvió a detenerse para que subiera un señor vestido de terno y unos cuantos estudiantes (no sé por qué me pareció que eran de la USM). El conductor entabló una discusión con uno de ellos (al parecer debido al comprobante de matrícula mostrado en vez del pase escolar), luego de la cual el estudiante pudo pasar. Por el espejo retrovisor pude observar el cambio notable en la cara del conductor. Ahora miraba con evidente desgana. Al parecer el tráfico a esas horas no ayudaba mucho a levantar el ánimo matutino.

Ya llegábamos a 1 Norte y la verdad es que yo no había puesto mucha atención a lo que me decía mi amiga. Pude darme cuenta de ello por su cara de decepción y su repentino silencio. El bus cambió de pista prestándose a cruzar el puente en dirección a la plaza de Viña. Me incorporé en el asiento y me despedí anticipadamente de mi amiga, la cual devolvió el gesto a duras penas. Me levanté de mi asiento y esperé mi parada de pie (no tenía caso seguir sentado al lado de una mujer molesta, lo cual para algunos sería considerado más una contraindicación que algo infructífero). Al cambiar a verde el semáforo, el bus emprendió la marcha bruscamente (violencia comprensible debido al estado anímico deteriorado del conductor, y a la presencia de un bus del mismo recorrido al lado de la máquina), por lo que la llegada a mi punto de descenso fue casi instantánea. Toqué el timbre de parada. Con un gesto casi autómata, el conductor accionó un interruptor verde (al parecer) en su tablero, con lo cual se abrió la puerta delantera. Tuve que tocar nuevamente el timbre para que se abriera la puerta trasera por la cual descendería (quise creer que el timbre anterior no había sido escuchado debido al tráfico). Antes de bajar el último escalón, miré hacia mi amiga y le hice un gesto de despedida, el cual esta vez no fue respondido. Sin nada más que hacer, bajé el último escalón y salté hacia la calle. Dispuse mi bolso en mi hombro izquierdo y miré mi reloj. Eran las 9:26. Mi llegada a la ECUM sería a la hora justa, si no atrasada algunos minutos, producto de un comprobante de matrícula que, según la observación del conductor del bus, era de dudosa procedencia.