Qué
duda cabe: el smartphone es en la actualidad el dispositivo por el que nos
comunicamos en todos los sentidos que esa palabra implica y admite en el
contexto digital. La evolución del Mobile Marketing y las tendencias apuntan a
que los contenidos más efectivos y consumidos son los gráficos y audiovisuales,
donde la fotografía tiene un lugar de excelencia, reflejado en la inmensa
cantidad de imágenes que los usuarios de redes sociales (RR.SS.) como Facebook
e Instagram alojan en sus respectivos canales, así como en otros que incluso no
fueron pensados específicamente para ello, como es el caso de Google+ que, de
hecho, limitará el almacenamiento de fotografías, pues la empresa se dio cuenta
de que los usuarios encontraron en esta plataforma un buen lugar para subir sus
imágenes de forma gratuita, prácticamente ilimitada y en alta calidad, a
diferencia de las RR.SS., que reducen considerablemente la resolución de las
fotos.
Ya
hemos comentado que el desarrollo y evolución de los dispositivos móviles tiene
estricta relación con el comportamiento de los consumidores, que en la
actualidad utilizan estas herramientas fundamentalmente para la comunicación a
través de RR.SS., el e-mailing y el manejo práctico de documentos (donde iCloud
y Drive pusieron el ojo y con la integración de Quickoffice y otras
aplicaciones para edición online y compartida ciertamente han puesto la bala,
pero ese es tema para otra columna).
Dentro
de la comunicación de los usuarios, especialmente en redes sociales, donde ya
advertimos que la fotografía tiene un rol fundamental, ha surgido un fenómeno
global: las selfie. Y quién no se ha hecho una. O al menos desconocía que así
se les “llama” actualmente. El tema es que, para obtener una selfie, es
necesario utilizar un elemento clave de los dispositivos móviles (especialmente
smartphones): la cámara frontal o delantera. Cámara que nació principalmente de
la mano de una prestación que ofrecían los teléfonos inteligentes y el internet
móvil de mayor velocidad: videollamadas. Para este tipo de comunicación
portátil, la estabilidad de la conexión primaba sobre la calidad de la imagen.
Por ello, las cámaras frontales se limitan a resoluciones VGA o máximo 3 megapíxeles
y escaso desarrollo de atributos como la estabilización de imagen, manejo de la
luminosidad, etc. Mientras, la cámara trasera constantemente fue mejorando en
todos los sentidos, permitiendo contar en la actualidad con dispositivos que
permiten hacer fotografías sorprendentes, como el HTC One M8, el Nokia Lumia 1020
y el LG G3, entre otros.
Pero,
en general, el desarrollo de la cámara frontal claramente no ha estado acorde a
las nuevas necesidades de los usuarios. Para una selfie de calidad, es
necesario contar con un teléfono al menos de gama media, que dentro de sus
atributos el fabricante haya prestado también algo de atención a su cámara
delantera. Y esto no por un tema de vanidad ni exquisitez del usuario (al menos
no exclusivamente), sino por un factor técnico: las RR.SS., al igual que WhatsApp,
comprimen las imágenes, reduciendo considerablemente su resolución y calidad,
lo que además las limita para otros usos personales.
Surgida
la necesidad, de inmediato comienza la exigencia. Los fabricantes de
smartphones ya acusaron el golpe de este fenómeno global (claro, es su negocio)
y han comenzado a poner más atención a la cámara frontal, que en modelos
recientes ha sido nutrida con mayores capacidades y atributos técnicos. Los más
comentados son el LG G3, que incorpora un sensor de imagen notoriamente mejor
que la media, estabilizador, flash y activación por gestos. También está el
Sony Xperia C3, que ofrece una cámara delantera de 5 megapixeles con modo
automático, función HDR y flash, entre otras buenas prestaciones.
Pero
como la distorsión cuantitativa es un fenómeno que afecta en todos los planos
de la vida, hay que saber que en tecnología móvil un número o cifra más grande
no necesariamente significa que el dispositivo sea mejor. Y en fotografía, no
todo es megapíxeles. Por ello, si las selfie son lo suyo y está interesado en invertir
en un buen smartphone, le recomiendo que vaya a los puntos de venta y pruebe
los teléfonos publicitados especialmente para ese fin, tan relativo a la experiencia de usuario.
Y
como siempre, termino con una recomendación de smartphones disponibles en Chile,
en este caso para obtener una selfie de calidad:
- LG
G3
- Sony
Xperia C3 (Selfie Pro)
- HTC
One M8
- Samsung
Galaxy Note 3
- iPhone
5S